domingo, 25 de abril de 2010

Revista Con-ciencia

Saluda

Es fundamental pasar por la vida y no que la vida pase por nosotros, y la revista Conciencia llega, un año más, como una prueba inestimable de que el centro tiene las constantes vitales en pleno funcionamiento. Cada una de sus páginas son una evidencia de actividad, de ideas; son un reflejo de solidaridad, compromiso, entrega y constancia; una demostración, en definitiva, de que enseñar no es sólo transmitir contenidos conceptuales, sino que hay vivencias o experiencias con la que se aprende mucho más o al menos de otra forma.


Cuando los alumnos/as participan en un concurso de poemas o de fotografías, o cuando se implican en la celebración del día de la paz, están demostrando que quieren algo más, mucho más de lo que es estrictamente académico. Cuando se implican en la realización de un documental o en la representación de una obra de teatro, están evidenciando que no les basta con las clases magistrales. Cuando se vuelcan en colaborar en la campaña de apoyo a Haití están poniendo de manifiesto que no sólo les importa lo que ocurra entre las cuatro paredes de sus aulas.


El documento que tenemos en nuestras manos pretende, por tanto, ser reflejo de ese día a día del I.E.S Pablo Neruda. Y, por supuesto, un testimonio indiscutible de que las actividades que se plantean o los proyectos en los que se participa han sido debidamente programados y meditados, porque, como dijo Jhon Rusking, crítico y escritor británico, La calidad nunca es fruto del azar, sino el resultado de un ejercicio de la inteligencia. De hecho, si analizamos los textos u observamos las fotografías que conforman la revista, podemos concluir, sin ambigüedades, que los profesores plantean actividades que superan con creces los objetivos previstos por la normativa, no se trata sólo de transmitir unos conocimientos que se exigirán posteriormente en los exámenes sino que los docentes consiguen que los alumnos se impregnen de unos aprendizajes que no vienen precisamente en los libros y que a los estudiantes les resultan absolutamente imprescindibles para su formación como personas.


Hemos pretendido también que en la revista Conciencia tuvieran su espacio estudiantes o profesores que pasaron de una u otra forma por el centro aunque ya no pertenezcan a él, jóvenes extranjeros que acuden al instituto a aprender la lengua española, como requisito imprescindible para una integración real, personas que nos hacen la vida agradable cuando permiten que nos tomemos un café calentito en pleno invierno o nos llevemos una tortilla recién hecha a casa o que nos mantienen el Instituto para que todo esté a punto. También ha merecido la pena destacar la labor de la Asociación de Padres, siempre presente, como no podía ser de otra forma, teniendo en cuenta que lo que está en juego es la formación de sus propios hijos.


Porque, al fin y al cabo, enseñar es provocar.